No existe un megalitismo exhuberante en el Principado, pero lo poco que hay de él está muy repartido, lo que nos permite alcanzar rincones recónditos de su territorio.
Un foco se encuentra en el occidente (Illano, Villayón, Tineo, Ibias), otro en el centro (Monte Areo, Langreo, Aller), y el último, en el oriente (Cangas de Onís, Llanes). Ello nos permite tener a mano los lugares más paradigmáticos de Asturias, ya que a las reservas naturales de alta montaña (Muniellos, Somiedo, Parque Nacional de Picos de Europa), hay que unir toda la zona intermedia y costera, dadas las escasas distancias que los separan en el Principado.
Así es posible coordinar en una sola excursión la observación de osos, la búsqueda de un dolmen, la degustación de unas fabes con almejas, y un baño en una playa solitaria y singular. En muy pocos lugares del mundo, por no decir ninguno, se puede ejercer una posibilidad tan atractiva.
Relación de megalitos asturianos que se muestran en las fichas a continuación:
- Cista de Ibias. Ibias.
- Dolmen de Entrerríos o La Llastra de la Filadoira. Illano.
- Dolmen de Merillés o Tineo. Tineo.
- Menhir de Ovienes. Ovienes.
- Paradolmen de Restiello. San Pedro de Paredes. Valdés.
- Dolmen de Monte Areo XV. Carreño.
- Dolmen de El Españal. Sierra. San Martín del Rey Aurelio.
- Menhir Moyón de la Corralá. Pola de Pino. Aller.
- Dolmen de la Capilla de la Santa Cruz. Cangas de Onís.